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La ermita de San Miguel es un edificio románico de una sola
nave. Tiene una orientación SO-NE con la cabecera mirando al NE.
Constructivamente se distinguen tres zonas: el ábside, el centro de la nave y
los pies.
La zona del ábside presenta dos tramos, uno recto y otro semicircular. El tramo
recto se levanta con bóveda ligeramente apuntada y el semicircular con bóveda de
horno. Se construye con mampostería y revoco de yeso, salvo en la separación de
los dos tramos que aparece sillería.
La zona central, de mampuesta y revoco de yeso, aparece con arcos apuntados que
soportan una cubierta a dos aguas. El tramo final (desde la puerta al fondo)
presenta arcos apuntados de menor altura y construcción única de mampostería.
Posiblemente es un añadido a la antigua ermita realizado durante la
reconstrucción llevada a cabo en 1879 (fecha que se puede leer en uno de los
arcos). En el ábside se abren dos pequeños ventanales (uno en el centro y otro
en el lado derecho), con arco de medio punto labrados en sillares, de factura
tosca, a modo de aspilleras. Únicamente son visibles al exterior.
El interior aparece totalmente revocado de yeso. Aquí se levanta un pequeño
altar y una escultura en escayola del Arcángel y el Demonio. La iluminación se
consigue mediante una pequeña ventana adintelada (remarcada en ladrillo al
exterior) situada en el coro, a los pies de la ermita.
La entrada se realiza por un lateral y está orientada hacia el SE. Debajo del
revoco de yeso, donde se puede leer en caracteres mayúsculas SAN MIGUEL, se
aprecia un gran arco de medio punto construido con sillares de toba de mediano
tamaño.
En las paredes laterales del interior aparecen dos vanos, a modo de hornacinas
con arco de medio punto, para colocar imágenes. Hoy quedan restos de unas
pequeñas figuras, vírgenes y santos, realizadas en alabastro a fines del siglo
pasado. Los restos pictóricos de las paredes, de época reciente y realizados con
cal, son muy simples. Son tonos rojos, amarillos o azules que con motivos
geométricos decoran el ábside, los arcos o las hornacinas. |
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Más antiguos son los motivos geométricos, a modo de espigas,
realizados en el zócalo de las paredes en relieve y los ladrillos del suelo.
Estos tienen impresiones de líneas, formando motivos geométricos, o de pájaros
(caracterizados por su largo pico).
Hay que hacer mención especial a la pila bautismal realizada
en una sola pieza en piedra caliza (1 m. de diámetro por 60 cm. de altura).
Aparece moldurada y decorada en relieve con signos y símbolos del mundo
cristiano medieval.
La ermita fue en tiempos parroquia del pueblo de El Mercadal
(siglos XIII-XV). Hoy todavía se adivinan los restos de sus casas (cimientos) y
de sus calles.
Nuestra ermita, a la que se acude en romería cada Primer Domingo de mayo, es uno
de los tres conjuntos románicos que actualmente se conservan en la provincia de
Teruel. Es muy similar a la ermita de la Virgen del Consuelo en Camañas y casi
idéntica a la de Santa Quiteria en Argente. |
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Las encinas centenarias, únicas por tamaño y situación,
completan un paisaje y un entorno, símbolo de un pueblo, que todos debemos
respetar y preservar. |