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Nació en LOSCOS el 25 de Febrero de 1814.
Nada sabemos de su familia y de su infancia, sólo que de muy
niño se marchó a BLESA donde estudió las primeras letras en casa de su abuelo
materno don Félix Pascual, que era médico de allí.
El año 1827, con trece años, se va a Zaragoza a trabajar en
una tienda de comestibles y, posteriormente, por presiones familiares y con poca
vocación, es obligado a vestir el hábito de agustino descalzo. Después profesó
en Alagón, el 14 de Septiembre de 1831, y jamás concedió ordenarse de
presbítero. Estudió Filosofía en la Academia de Barcelona y, con el permiso de
los superiores de la Orden, estudió dibujo y grabado en el año 1834.
En 1835 se produce una revolución en Barcelona y Santiago
González es expulsado el 25 de Julio de ese mismo año trasladándose a Blesa y
dedicándose a la pintura.
En 1848 se construyó una casa y se dedicó al arte, a la escultura, a la
arquitectura y a la mecánica. En esta casa dedicó alguna sala a Academia de
Dibujo y Pintura, donde impartió clases a alumnos con interés.
Esta sala estaba decorada con unos murales realizados en unos casetones que
servían de adorno y en los cuales estaban representadas escenas de su propia
vida. De los ocho murales que la decoraban, sólo queda uno. Cada uno de ellos
tenía inscripciones alusivas a las escenas representadas. Trabaja realizando
altares y pintura religiosa por los pueblos de los alrededores y del valle del
Jiloca.
En 1851 nace en Blesa Salvador Gisbert y Jimeno, que llegaría a ser afamado
pintor del siglo XIX. Lo bautizan en la iglesia parroquial del pueblo, siendo su
padrino Santiago González.
Desde entonces Santiago se vuelca con su ahijado y éste le colma todas sus
expectativas, pues tiene buena mano para el dibujo y la pintura. Desde muy
pequeño, Santiago enfoca la vida del pequeño Salvador hacia el mundo del arte,
le instruye en la técnica y en los procedimientos pictóricos y el aprendizaje lo
va asimilando con singular maestría. También le regala los primeros materiales,
cuadernos de dibujo, colores, pinceles, etc. Gisbert marchó a estudiar pintura a
Madrid, pero en el verano regresaba a Blesa, donde pintaba. Santiago González le
ayudó a meterse en el mundo del arte y, juntos, realizan algunos trabajos.
Los mejor conocidos son el altar de San Pedro, en la iglesia parroquial de
Calamocha, y el monumento para la Semana Santa del convento de la Concepción,
también de Calamocha. El altar de San Pedro se realizó en 1879; lo realizaron en
yeso, tarea que les costó sólo 28 días. En el altar colocaron unos cuadros
pintados previamente, uno grande que representa a San Pedro y otro más pequeño
que representaba a San Francisco de Asís. Lo firman Santiago González y Salvador
Gisbert. También lo doraron y pintaron.
En los contratos, Santiago González se presenta como escultor, pintor y
decorador.
En 1879 realizó también las pinturas decorativas alusivas a su vida en la casa
que habitaba, pues en una de ellas se lee: >“Se halla con toda su familia
reunida felizmente en casa. 18 de Noviembre de 1879”.
En 1881 Salvador Gisbert hace un retrato de Santiago González, muy bueno, que se
conserva en la que fue su casa de Blesa.
No sabemos la fecha de su muerte.
Santiago González es conocido, fundamentalmente, por ser el maestro de Salvador
Gisbert. Fue una persona muy religiosa y culta que realizó numerosos altares,
pinturas y dorados, casi todo de tema religioso, repartido por las iglesias y
ermitas de las poblaciones próximas a Blesa y a la ribera del Jiloca. De su
obra, que debió ser extensa, no consta que se haya realizado ningún estudio y
apenas sabemos qué obras son suyas, ni dónde se hallan. |
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