IGLESIA PARROQUIAL    
       
     
   

La Iglesia parroquial de San Andrés es un edificio barroco de fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII construido en mampostería. Tiene una nave de dos tramos, con las capillas laterales entre contrafuertes, crucero de gran amplitud y cabecera plana. La nave central, los brazos del crucero y la cabecera están cubiertos con bóveda de medio cañón con lunetos; el crucero con cúpula sobre pechinas y las capillas laterales con bóveda de arista. El volumen exterior es de una cruz latina, ya que las capillas laterales tienen muy poca altura. El cimborrio exterior del crucero es cuadrado y poco resaltado ya que ha perdido el chapitel que lo coronaba (denominado Media Naranja). La torre de cuatro cuerpos tiene el primero de forma cuadrada de mampostería y el resto de ladrillo siendo el segundo rectangular y los otros dos octogonales, el de campanas con vanos de medio punto y el último de muy poca altura con óculos. La portada es muy sencilla bajo un pequeño pórtico con arco de medio punto y cubierta a doble vertiente. El estado actual decorativo del interior del templo es el resultado de los trabajos de consolidación -no de restauración- que se realizaron parejos a los de pintado de la Iglesia, durante los meses de junio, julio y agosto de 1991.

 
     
   

Al no estar declarada Monumento Histórico-Artístico no hubo ningún plan director de restauración por lo que todo el proceso contaba con el "beneplácito" de los pintores que accedían a realizar su trabajo en otro lado de la Iglesia mientras se realizaba la consolidación.
El trabajo consistió en eliminar la cal y limpiar de polvo la pintura que iba descubriendo. Una vez limpias las pinturas éstas eran consolidadas mediante la aplicación de un barniz impermeabilizante que evita su destrucción aunque sobre ella se aplique posteriormente cualquier tipo de pintura plástica. Posteriormente los restos más fragmentados y deteriorados eran cubiertos por los pintores con pintura plástica. Permanecen a la vista los más completos y representativos. Todo el proceso era documentado y fotografiado en espera de una posible restauración futura.
La consolidación únicamente pude realizarla en los motivos pintados localizados en las capillas de la Virgen del Pilar, Santa Bárbara, San Antonio y la Virgen del Carmen. En las pechinas y la cúpula se eliminó la cal, no fueron consolidadas pero permanecen a la vista. 
Los restos aparecidos en otras partes de la Iglesia, fueron documentados y fotografiados  pero no pudieron ser consolidados ya que los pintores no esperaron a que se consolidaran porque el trabajo de consolidación retrasaba su trabajo que debía concluir en un plazo determinado.
Desmantelada totalmente durante la Guerra Civil, las paredes de su interior aparecían recubiertas de varias capas de cal que ocultaban los posibles motivos decorativos del pasado. Nadie, ni los más ancianos del lugar, podían recordar o imaginar que debajo de la cal aparecerían tales obras de arte. En la cúpula y en las pilastras del altar, a pesar de la cal, sí se adivinaba la existencia de elementos decorativos vegetales en relieve.

 
    Las distintas capillas merecen una visión detallada:  
     
       
   

Bibliografía

 
   

BENITO MARTÍN, F., 1991, Patrimonio Histórico de Aragón. Inventario Arquitectónico. D.G.A., Zaragoza, pp. 78-79
SEBASTIÁN, S., 1974, Inventario artístico de Teruel y su provincia, Madrid, pp. 266-267
SIMÓN DOMINGO, J. M., "Las pinturas de la Iglesia", Oriche (Boletín de la Asociación Cultural Trassierra de Loscos, nº: 2, 3, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 1992-1994)

 
       
    Revisión: 31-10-99  
 

 

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